top of page

La grabación análoga en tiempos digitales. Por: Javier Martínez.


Grabadora Análoga MCI JH24 - Ingeson Estudios. Bogotá, Colombia.

Mi primera grabación oficial fue en el año de 1.985, cuando participé como músico en la última producción de la icónica banda colombiana Génesis, del desaparecido Humberto Monroy. La grabación se hizo en una máquina análoga Fostex de 16 canales en los estudios de William Constaín y se utilizaron los recursos tecnológicos más importantes de la época. Fui invitado a grabar las pistas de piano y sintetizador en todos los temas, y aparte de ser una maravillosa experiencia musical, fue mi entrada definitiva en el mundo de la producción musical.


Grabar con tecnología análoga era un reto, no solo para los ingenieros de grabación, sino también para los músicos. El margen de error era muy corto, el control de ruido en la cinta era extremo, con filtros externos para controlar el hiss proveniente de la cinta. Las máquinas debían estar perfectamente calibradas y alineadas, con los motores servo controlados funcionando al 100%. Recuerdo que los estudios de grabación tenían su propio departamento de servicio técnico, pues las fallas mecánicas y electrónicas en los diferentes dispositivos eran usuales por el uso continuo de las máquinas en largas sesiones de grabación.


De esta manera, durante los siguientes 15 años participé en casi 50 producciones más hasta finales de los años 90, cuando los legendarios estudios Ingesón todavía conservaban las maravillosas grabadoras y consolas MCI de la serie JH.  La grabación análoga desapareció en nuestro medio no sólo por el advenimiento exitoso de la tecnología digital hacia finales de los 80, sino también por la falta de recursos humanos y empresas especializadas en insumos para la industria análoga, que por ausencia total de demanda simplemente desaparecieron.


La tecnología digital se convirtió para nosotros entonces en un descubrimiento mágico. El molesto ruido simplemente ya no existía, y la maravillosa posibilidad de editar, copiar, pegar, alargar, acortar y duplicar el audio capturado era como haber descubierto el paraíso. La industria musical digital desplazó a las grandes marcas análogas. MCI, Otari, Quantegy, Harrison, Oberheim, Teac y Fostex fueron algunas de las marcas que desaparecieron para dar paso a la gran industria japonesa como Korg, Sony, Yamaha, Roland, y las empresas con mano de obra china como Behringer, Samson y Taskstar, entre muchas otras. Esta industria digital nos hizo creer, con un manejo publicitario brillante, que el sonido análogo era cosa del pasado y que el futuro de la producción musical ya estaba en nuestras manos.


Compresor Dbx 160 - Ingeson Estudios.

Es curioso e irónico, pero casi 30 años después de haber dejado la grabación análoga a un lado, los fabricantes de software especializado en audio y música nos ofrecen día a día simuladores de máquinas análogas para instalar en nuestros sistemas de DAW (Digital Audio Workstation). Compresores simulando el legendario DBX 160, Ecualizadores similares al Pultec EQH2, Excitadores Aurales como el Aphex, instrumentos virtuales como el maravilloso Hammond B3 o el Rhodes Mark 2, en una especie de mercado nostálgico tratando de simular las bondades y maravillas de los procesadores y equipos análogos. Y eso es exactamente lo que es: una simulación.


Rack de procesos análogos - Ingeson Estudios.

He tenido la oportunidad de probar en mi estudio todas esas maravillas análogas creadas en los años 60 versus los simuladores o plugins que nos ofrece la industria de hoy. Partamos de la premisa de que en la grabación análoga se almacena, procesa y reproduce el audio gracias a circuitos electrónicos y tubos, lo que hace que este suene mas vivo, impactante y ¨caliente¨. Un plugin es un simulador que procesa un flujo de números binarios a través de los conversores de una tarjeta de audio, cuyo resultado es una señal sin presencia, sin color y mas ¨frío¨. Prueba de esto es la gran popularidad de los preamps análogos que utilizan la mayoría de estudios hoy en día para “calentar” la señal, es decir, obtener un resultado más confiable en la captura.


No hay que desconocer las grandes bondades de la grabación digital. La pérdida nula de calidad al hacer copias sucesivas es una de ellas. En la grabación análoga, cada vez que hacemos este procedimiento perdemos calidad y la degradación de la muestra original es irremediable.


Teniendo en cuenta todo lo anterior, el escenario ideal en un estudio moderno sería tener un sistema de grabación híbrido, donde pudiésemos capturar y procesar la señal de audio en medios análogos, para luego hacer un muestreo en la mejor calidad posible y aprovechar las bondades de la edición y automatización en un medio digital en alta definición.



Volver a los tiempos de la grabación análoga sería el escenario perfecto, pero dudo mucho que las nuevas generaciones estén preparadas para todos los retos y dificultades que eso implica: Ingenieros de sonido con impecable preparación técnica y artística, y músicos de sesión de primera clase, algo que por estas épocas escasea bastante, debido a algunos artilugios modernos como el autotune y la posibilidad de copiar y pegar en un sistema digital.


Javier Martínez Maya

Berklee College of Music

The Liverpool Institute for Performing Arts

Director Arte Nova Music Lab

127 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page